lunes, enero 30, 2006

Aguanta, A., ya casi

He escuchado varias veces la frase de que "no se puede forzar al corazón" y cosas similares pero nunca ha cobrado más sentido para mí que en estos últimos días.

Tal y como lo había anticipado, nos hemos alejado paulatinamente de J. aunque por fortuna no me ha dolido tanto. Sí lo extraño de vez en cuando, pero ya no pienso estúpidamente en él todo el día como antes y de hecho ya pasan varias horas sin que lo recuerde. Yo no le he llamado por teléfono y él lo ha hecho un par de veces durante la semana. Claro está, sus llamados han sido más bien reclamos de que "ya no le hablamos" o que "ya no lo queremos ver" pero si algo tengo claro es que él es quien ha puesto tierra de por medio, con sus extraños comportamientos que tiene a veces de "ya no querer hacer nada con nosotros" porque le entra algún remordimiento. Creo que en esta ocasión es para bien y probablemente me lo pueda sacudir de encima de una vez por todas.

Quien realmente "se ha aplicado" en estos días y le está echando todas las ganas del mundo es A., quien nos ha visitado más o menos frecuentemente (y nos ha dicho que mañana estará varios días con nosotros, ¡qué emoción!) y quien realmente parece estar dando todo de sí para que las cosas entre los tres funcionen. Sé que han existido algunas malas experiencias en el pasado pero tal vez ahora ya haya adquirido la suficiente madurez para que algo, lo que sea que vaya a surgir de esto, funcione.

Lo único que me da un poco de remordimiento es no poder entregarme por completo a A., pues de repente aparecen imágenes fugaces de J. en mi cabeza: cuando lo estoy besando o cuando estamos teniendo el delicioso sexo al que estamos acostumbrados. No es frecuente y no todo el tiempo pienso en J., pero sí me ha llegado a suceder y me estremezco de tan sólo pensar que "esté engañando" a A. con el pensamiento, de no entregarme por completo a la relación y al momento. Tal vez si hablara con A. al respecto lo entendería, pero no quiero meterle "más ruido" a su cabeza, no quiero herir sus sentimientos y compartir con él el hecho de que aún pienso en alguien más, aunque es probable que A. ya se lo imagine, pues en una ocasión que platicábamos recientemente le conté que me habían roto el corazón y que tenía miedo de entregarlo otra vez para que me lo volvieran a romper. Él me dijo que no sucedería.

Sí, mi querido A., por favor aguanta un poco más. Ya casi me lo sacudo de encima y entonces me podré entregar a ustedes: a O. y a ti por igual en cuerpo y alma. Verás qué bien la vamos a pasar. Verás que la segunda parte de nuestra histoire à trois será genial e intensa... ¡sí que lo será!

2 comentarios:

Doffo dijo...

Navegante:
Me alegro infinitamente de que esto este funcionando bien para los tres, y de que A este poniendo todo de su parte para que las cosas funcionen. Por mi parte, te cuento que por bocon esta pasando algo muy chido en mi vida, posteriormente explicare bien que es, hoy no, poruqe tengo que leer a Engels para mañana.
Saludos, y espero que pronto todo se solucione.
Doffo.
mailto: leopard_se@hotmail.com

Navegante Vagabundo dijo...

Doffo, te agradezco tus palabras. Ya he leído lo que está pasando con tu vida, vaya que pasa muy rápidamente todo, ¿eh?. Te envío saludos.

Mi adorada castee, parece ser que A. se va acomodando cada vez más, estamos muy a gusto por ahora. Y sí, J. ya empezó a comportarse de manera caprichosa, ¿será porque le prestamos menos atención? Quién sabe. Te mando besos.