miércoles, mayo 23, 2007

Costumbre, estupidez, lo que sea... (+ anexo1 + anexo2)

Dicen que el hombre es un "animal de costumbres". En mi caso probablemente es mejor cambiar el sustantivo "animal" y simplemente ponérmelo como adjetivo: ¡Navegante Vagabundo animal!. ¿Pero qué culpa tienen esos seres de que yo sea tan estúpido?.

Lo único que puedo pensar es que es la fuerza de la costumbre lo que hace que una y otra vez vuelva a caer e inevitablemente regrese a J.. Ya lo sé: doy hueva, pero como dijo por ahí alguien quien me encanta (apuesto a que más de uno sabe a quién me refiero): "prometí que nunca volvería a caer, pero esta vez no lo quiero evitar". Juro y perjuro que habían pasado ya meses sin tener contacto alguno con J. aunque siempre lo recordara durante algún momento del día, absolutamente todos los días. Ya no me dolía. O al menos ya no tanto. Tal vez no ayudó mucho el hecho de que mi O. empezara a "llevarse bien" otra vez con J. y conversaran a menudo por teléfono durante los meses anteriores. Supongo que yo tenía la (no tan) secreta fantasía de que O. y J. volverían a enredarse y por ende J. regresaría a mi vida, "como antes", "como aquellos tiempos", "como..." bah, sabes a qué me refiero. No sucedió así.

El viernes pasado salimos al antro de siempre al cual ya tenía algún tiempo que no asistíamos, o cuando lo hacíamos al menos no coincidíamos con J. y aunque siempre hay historias qué contar de esas salidas, ninguna me impacta tanto como cuando mi J. tiene algo que ver. Pues bien, estábamos ahí con "el chico nuevo" (quien por cierto me gusta mucho, ¡muchísimo!, pero no preguntes...) y en algún momento de la noche, mientras nos encontrábamos los tres bailando y por si eso fuera poco a nuestro lado también estaban él y él (¿te imaginas las posibilidades? nosotros 5 juntos...) aunque con sus respectivos acompañantes. Así pasábamos una noche que prometía mucho para todos, cuando apreció J....

Salió así, como de la nada. Fue toda una sorpresa para mí, aunque lo disimulé muy bien (creo yo, ja). Pensamos que no íbamos a encontrárnoslo porque un par de horas antes habló por teléfono con O. y le dijo que esa noche no iría, así que pensé que podía estar tranquilo. Creo que al momento de verlo, el nivel de vodka en mi sangre bajó unos 4 grados y casi-casi me sentí sobrio (¡jajaja, obvio no!) pero aún así intenté saludarlo de manera natural y desenfadada. Gosh, mi J. era por supuesto como lo recuerdo todos y cada uno de los días en mis fantasías. Si acaso un poco más guapo, creo que la edad le va sentando bien (¿qué me pasa? me estoy haciendo viejo...) y ahora que tiene... ¿24 años?, algo así, sigue siendo EL rey del lugar, EL semidios, EL dueño de mis pensamientos y actos inimaginables e incomprensibles por cualquier otra persona. Estuvo bailando con "el amigo de siempre" a nuestro lado; por supuesto que la tensión sexual entre él y yo no se hizo esperar y las ocasionales y "accidentales" miradas que intercambiamos se dijeron mutuamente todo lo que jamás dijimos con palabras: "Te extraño tanto que duele. No, no como la frase trillada... ¡duele en verdad, físicamente en el corazón!".

Yo permití que el vodka siguiera fluyendo a mis venas, y es que no puedo negar que a pesar de que me molesta un poco que exacerbe mis sentimientos simplemente ¡me gusta mucho!. Fue en un momento de "voy al baño" (mientras O. se quedó bailando con el chico nuevo) en que me encontré a J. en un pasillo del lugar y me detuve frente a él. Me miró. Lo miré. Me sonrió. Me desarmó por completo. Estoy seguro de que he escrito en más de tres ocasiones cómo me encanta su sonrisa, y cómo sería capaz de hacer cualquier cosa en este universo si me la pide con una sonrisa. Me preguntó cómo estaba y el diálogo fluyó de la siguiente manera:

N.V.: Hola... ¿Cuál es el Plan "B"? El Plan "A" no funcionó.
J.: ¿Y cuál era el Plan "A"?
N.V.: No verte, no hablarte, alejarme de ti para ver si así podía olvidarte, dejar de quererte...
J.: Un clavo saca a otro clavo...
N.V.: Me compré una caja de clavos, los usé todos y no funcionó. (nota: ver anexo 1)

J. no dijo más y sólo acertó a tomarme de la mano y llevarme lejos de la gente. Mi corazón latía a mil por hora, como si eso no fuera algo que ya había sucedido una infinidad de veces anteriormente y como si yo no supiera que iba a suceder otra vez, en ese momento y en ese lugar. Y así fue: me abrazó y me sentí desfallecer entre sus brazos. Tomó mi cara entre sus manos y acercó sus labios a los míos. Entre susurros le dije que no lo hiciera, por favor, pero hizo caso omiso a mi falsa y débil súplica y me besó. Me besó. Me besó tan apasionadamente que me sentí morir en ese momento. De hecho creo que morí. Al menos sufrí la petit mors como le llaman los ex galos. Me besó y el beso que en la vida real duró no más de un minuto en mi loca imaginación se prolongó por toda la noche, todo el día siguiente, todo el mes y por varios años, hasta el infinito. Me llevó al cielo y al infierno al mismo tiempo, me dio la vida y la muerte con su beso. No me resistí, por supuesto, y yo también lo besé con avidez. Después de mi boca siguió con mi cuello, mis orejas, mi cara, mi boca otra vez... probablemente en total no transcurrieron ni cinco minutos pero yo estuve toda una vida ahí con él.

Terminó. Claro, no podía ser de otra manera: debía terminar. Regresé a con O. y con el chico nuevo y J. volvió con su amigo de siempre. La noche terminó "como debía terminar" pero no me importaba. Ya nada me importaba: volví a besar a J., volvió a matarme, volvió a arruinar mi vida, hizo que tantos meses de alejarme no significaran nada ya que el tiempo es verdaderamente relativo. No me importa, caí otra vez y no lo quise evitar. No lo evitaré más. ¿El futuro? Ya está escrito, al menos en el caso de esta historia, por supuesto, pues J. "no será jamás para mí aunque yo sí para él" (otra cita célebre, ¿qué me sucede hoy?). No me importa: así me gusta, así estoy bien, así "soy feliz". ¿Soy estúpido? Sí. ¿Es la costumbre? Tal vez. Igualmente no me importa.

FIN... CONTINUARÁ... o lo que sea.

Anexo 1 (o: "los clavos", como J. lo describió)

¡Qué meses he tenido! Éste ha sido un año, digamos "interesante" en mi vida por decir menos. ¡Hasta deprimido he estado y todo!. Aún así, me parece que a partir de febrero o marzo las cosas han cambiado con respecto a mi estado anímico. Ya no ha habido más tristeza (no más de lo normal) y "la vida loca" ha tomado su curso otra vez.

Lo anterior lo menciono porque, al sentirme "como yo mismo" otra vez, por supuesto que ha regresado por completo mi gusto por el sexo casual, ocasional, seguro y sin compromisos con los chicos que he mencionado ya infinidad de veces y con algunos nuevos. El material que pude haber escrito durante los meses anteriores es vasto y harto interesante, pero me referené de hacerlo por otras razones (ver anexo 2) y ahora quedará perdido en la bruma del tiempo, cuando mi memoria no dé para más. Quién sabe, tal vez un día de estos decida hacer memoria y escribir al menos sobre las situaciones más memorables que he tenido con los chicos más guapos, lindos, ricos y cachondos, pues los ha habido... ¡oh, sí!. Al menos alguna de estas situaciones las he platicado (¿y vivido? je) con mi querido amigo pero igualmente él será una tumba si alguien le pregunta.

Algún día, tal vez algún día me decida a escribir sobre "los clavos". Será interesante recordarlo.

Anexo 2 (o: "las arpías chismosas y metiches")

Una de las razones, si no es que es la principal, por las que no he escrito nada ya últimamente es porque me terminó cansando la gente metiche. Ya sé, tiene más de un año que me enteré que varias personas conocen mi identidad "real" y aunque pensara que esas personas guardarían "el secreto" (o al menos sólo le dirían a alguien de "absoluta confianza", quien a su vez sólo le diría a alguien de su "absoluta confianza" y así ad nauseam) tampoco era imposible que alguien más lo averiguara por sus propios medios. Es más, es tan sencillo que prácticamente firmo con mi nombre y apellido, pero ése no es el punto.

El punto es que estoy cansado, fastidiado de los chismes de la gente. De escuchar de aquí y allá "oye, fulanito me dijo que tú bla bla bla" y "sutanito dice que pernaganito le dijo que tú hiciste/no hiciste aquello porque ble ble"... o sea, para todos ellos ,GET A FUCKING LIFE!. Sí, es mi vida y la vivo como se me pegue la gana (¿cuándo he dejado de hacerlo por alguien más?) y si además me gusta relatarlo aquí es MUY MI PROBLEMA. A quien no le guste que no lo lea y quien tenga problemas con mi vida pues que se aleje de mí y me deje en paz para siempre.

Pero ya me vale. No me importa lo que piensen, no me importa lo que digan, no me importa lo que crean o no crean de mí. Se trata de MI VIDA y la vivo como se me pegue la gana y lo seguiré haciendo, le pese a quien le pese. Así que ya saben ustedes, bola de arpías chismosas y metiches: tengan sexo más frecuentemente, por favor, o no lo tengan, hagan de su vida lo que les plazca y déjenme vivir la mía, ¿vale?. A mí no me van a intimidar. Será la última vez que escriba respecto a esto, pues francamente me da hueva el tema.