miércoles, noviembre 30, 2005

Happy together (las cartas sobre la mesa)

Al día de hoy cumpliremos ya una semana O. y yo de estar "Happy together", aunque no como los personajes de la película sino REALMENTE así; explico:

A raíz de todo lo que pasó con J. y de mis cambios de humor desde su partida, la relación con O. se puso un tanto "rara". No digo que estuviéramos mal o que tuviéramos muchos problemas pero sí estaba algo afectada la relación porque yo me la pasaba todo el tiempo pensando en J. y evidentemente eso terminó cansando a O., quien parecía tolerar cada vez menos mis desplantes y mi melancolía. Por eso mismo, a mí me empezaron a irritar algunas otras cosas sobre él y tuvimios varias semanas si no con problemas al menos sí con roces.

La semana pasada hablamos, pusimos "las cartas sobre la mesa" y nos dijimos muchas cosas que probablemente debimos haber dicho hace tiempo: nos estábamos haciendo daño, nos estábamos tolerando poco y nuestra comunicación había disminuído. Después de una laaarga charla, acordamos que a partir de ese día hablaríamos sobre todo lo que nos molestara del otro, en el momento en que sucedieran las cosas, pues O. argumentaba que yo estaba "raro" y "grosero" y yo le decía que él era el "irritable". Total que desde ese día, santo remedio. Sólo en un par de ocasiones hemos tenido la necesidad de hacernos ver que estamos actuando no de la manera en que el otro espera, pero en general nos hemos llevado mucho mejor y ya la pasamos bien todos los días, creo que nuestro nivel de comunicación subió muchísimo y ahora estamos casi al nivel que teníamos antes de que el asunto de J. hiciera mella en nuestra relación.

Aunque suene trillado lo repetiré: la comunicación en una pareja es básica, no importa que se lleven muchos años juntos, a veces es indispensable decir las cosas para sentirnos mejor. Sí, ya estamos plentamente felices juntos otra vez.

viernes, noviembre 25, 2005

¿Machista yo? No, sólo un poco celoso y posesivo

A propósito del fin de semana cuando salimos con J. al antro, ese día O. y yo nos regresamos con su amigo temprano, pero J. se quedó aún más tarde, pues se encontró a "su amigo" (sí, ese mismo amigo del epílogo del día en que nos conocimos J. y yo) y según me dijo un par de días después, después del antro "querían seguir tomando" y se fueron a la casa del susodicho, compraron cervezas y ahí estuvieron.

No pude evitar pensar e imaginar que probablemente pasó algo más que sólo tomar cervezas entre ellos dos, pues desde hace mucho tiempo "se traen ganas" pero lo cierto es que no me atrevo a preguntarle directamente a J., en primera porque no me concierne y después porque aunque hubiera pasado algo, ¿qué? Digo, esa misma noche O. y o tuvimos sexo con el amigo de O. y si J. quiere hacerlo con alguien más está en todo su derecho, aunque hay una pequeña parte en mí que se resiste a aceptar el hecho. No sé si sea un pequeño vestigio de machismo ("ése es sólo para mí y yo sí puedo hacer algo con otras personas pero él no") o simplemente celos, aunque es extraño pues no siento celos cuando O. hace algo con otras personas (al principio, hace muchos años, sí me daban). Me considero un ser totalmente racional y capaz de entender las relaciones "especiales" o diferentes como las que llevamos nosotros, por lo que debería de importarme un comino si J. se acostó o no con su amigo, pero me da vueltas en la cabeza. Es extraño, porque por otro lado sé que duerme junto con su pareja, y aunque nos haya dicho que no tiene sexo con él, podría ser que de vez en cuando lo hagan (vamos, no creo que ni una vez) sin embargo eso tampoco me provoca celos ni mucho menos.

Vaya que estoy hecho un lío, aunque supongo y confío en que poco a poco iré sintiéndome más tranquilo respecto a J., quiero pensar que es parte del proceso de irme desprendiendo de él nada más.

Espero que esta fase de "machista posesivo" no me dure prácticamente nada, pues no es buena ni para mí ni para nadie.

domingo, noviembre 20, 2005

Entre azul y buenas noches

Otro episodio alcohólico. Afortunadamente no tuvo el mismo fin nefasto que el del mes pasado, pero por poco era así. Ya debo aprender: no mezclar alcohol en exceso y la presencia de J., son realmente una mala combinación pero lo hice anoche. Creo que debo empezar por contar qué sucedió desde un día anterior.

El viernes llegó a visitarnos de otra ciudad un amigo de O. a quien no conocía en persona, sólo por Internet y es una persona agradable. Él y O. conversan mucho por Internet y O. le tiene confianza, por lo que yo le tomé confianza de inmediato también, aunque nunca había hablado con él. O. ya le ha contado varias cosas de nuestra relación, así que nada le cayó de sorpresa. Creo que ya habían cachondeado previamente e imaginé que sucedería algo con él el fin de semana, aunque no estaba seguro de que yo quisiera intervenir. Por alguna razón, en el aspecto sexual sigo pensando casi todo el tiempo en J., y cuando llego a tener alguna fantasía siempre está involucrado en ésta.

Tal y como lo predije, el viernes por la noche/sábado por la madrugada, O. y su amigo terminaron cachondeando en otra habitación y yo estaba algo caliente aunque no tenía muchas ganas de participar, aunque O. ya me había dicho previamente que el amigo quería hacer algo con los dos, pero "le daba pena" (en México a la "vergüenza" se le dice "pena" también) conmigo. Yo le dije a O. que no se preocupara y que hicieran lo que quisieran y que yo dormiría. Al final me ganó la calentura y decidí jugar al vouyerista (me gusta mucho ver) y me acerqué en penumbra para ver el cachondeo de O. y su amigo. Cuando éste se dio cuenta que yo estaba ahí viendo, sólo atinó a decir "ssooooorry" y terminó. Fue una lata porque apenas llevaban poco y O. tuvo que apurarse para terminar también, yo preferí no hacer nada y me regresé a la cama. Al poco rato que llegó O., en voz baja reíamos y broméabamos que le llamaríamos "el American Pie" por la película en donde el adolescente termina prematuramente. Por ese día dormimos, nosotros en nuestra habitación y el amigo en otra y no sucedió nada más.

Ayer sábado decidimos ir a dar un paseo al campo, y mientras estábamos haciendo los preparativos para salir, J. llamó por teléfono para preguntar qué haríamos. Le comenté que saldríamos y quiso acompañarnos. Me agradó la idea (me gusta la compañía de J.) aunque temí que fuera a haber algún roce con el amigo de O. porque J. siempre se pone celoso de nuestros amigos o de la gente que nos rodea. Afortunadamente la salida transcurrió sin mayor novedad, los cuatro la pasamos muy bien y fue un día agradable. De regreso compramos alcohol pero J. dijo que debía regresar a su casa. Le preguntamos si saldría al antro por la noche y dijo que no, así que pensamos que ya no lo veríamos.

Empezamos a tomar O., su amigo y yo alrededor de las siete de la tarde y para las once de la noche yo ya había tomado bastante. Poco antes de esa hora los ánimos de los tres se calentaron y terminamos en la cama, ahora sí aguantó bien el amigo de O. y el sexo estuvo regular, tirándole a bien; gracias a eso se quitó el mote de "American Pie". Justo habíamos terminado y nos estábamos arreglando para salir al antro cuando llegó J. a la casa sin previo aviso. Afortunadamente no llegó media hora antes porque entonces nos habría encontrado con el amigo de O. y me imagino la escena que nos habría armado aunque, vuelvo a aclarar, ya no tenemos nada "oficial" con J. pero él es así.

Como yo ya había tomado demasiado y recordé la escena del mes anterior, decidí apartarme de todos por un rato y me encerré en una habitación solo. Estaba simplemente recordando, dejando que los sentimientos que el alcohol parece matizar afloraran y sufriendo un poco porque J. ya no está con nosotros, no demasiado pero sí lo suficiente como para que me salieran unas lágrimas y en un momento entró O. y me vio llorando y se molestó, con justa razón, porque me dijo que siempre que me emborracho es lo mismo: lloro por J. y aunque digo que ya estoy bien vuelvo a ponerme mal. Le hice ver que no, que no me pondría mal y que simplemente quería estar solo un rato. Discutimos un poco pero al final de cuentas no pasó a mayores, aunque tuvo potencial para haber un problema si lo hubiéramos dejado.

Terminamos yendo a bailar los cuatro, primero se fueron O. y su amigo y yo me fui con J. en su flamante auto nuevo (sí, todavía me duele) pero no me divertí mucho por la noche. El alcohol había dejado de hacer efecto y yo entré en una fase semi depresiva aunque me controlé bastante bien.

Hoy no me siento bien por completo, puede ser un poco la resaca y un poco saber que muy en el fondo sigo dolido por lo de J., aunque ya no me afecta (tanto) en mi vida cotidiana.

Hoy me siento como "entre azul y buenas noches".

miércoles, noviembre 16, 2005

S. y J.

Cual telenovela mala mexicana, el fin de semana pasado sucedió algo peculiar, que si bien había previsto que sucedería algún día, no pensé que fuera tan pronto: S. y J. se conocieron (y se odiaron, ja).

Resulta que S. volvió a venir a la ciudad (y vendrá el próximo fin de semana otra vez) porque ahora como ya se siente en confianza con nosotros otra vez, le gusta venir para "cambiar de aire" y salir, convivir con nosotros, etc. Todo ha estado bien, y su presencia me ayuda a reafirmar el saber que algún día podré estar 100% cómodo junto a J. también, aunque ya no esté con nosotros. Supongo que ese día será más temprano que tarde, pues ya empiezo a sentirlo así.

S. volvió a venir con su amigo que vino la ocasión pasada y no teníamos planes de ver a J. durante ese fin de semana, pero dada la experiencia del jueves, J. nos había estado llamando todos los días y el sábado quiso vernos. No le vimos mayor problema, de todas maneras ya no tenemos nada con S. más que una linda amistad, y no pensamos que pasaría a mayores. S. y su amigo habían salido por la tarde del sábado, y J. fue a la casa y estuvimos viendo películas y conviviendo. Cuando S. y su amigo regresaron, J. estaba en la sala con nosotros y vi que S. no le puso muy buena cara que digamos. Como que J. presintió algo también (¿será que se habrá acordado que vio las fotos de nosotros teniendo sexo con S. alguna vez?) y tampoco le puso muy buena cara, pero igual los presentamos y no pasó a mayores. Como S. había tomado un poco en la fiesta a la que fue, se acercó a nosotros y nos empezó a abrazar y a mí me quiso besar, pero yo no se lo permití. Tal vez hubiera sido bueno que lo dejara, pues se supone que ya no tenemos nada "oficial" con J. pero nunca he sido de los que les gusta andar provocando celos por gusto y mejor preferí evitar el conflicto. Un rato después S. me llamó a otra habitación y me preguntó qué tenía; le dije que nada, y literalmente me dijo "es por el pendejo ese, ¿verdad?" y yo sólo sonreí, pero ni lo acepté ni lo negué.

Más tarde S. y su amigo fueron al antro, yo estaba muy cansado para salir pero J. tenía ganas de hacerlo por lo que les dije que si querían O. y él se podían ir también. Me contó O., de regreso, que se la pasaron bien allá, pero que S. y J. se volvieron a encontrar y se estuvieron echando miradas nada amigables, aunque en un momento que O. estaba bailando con J., S. también se acercó y bailaron los tres. Me imagino esa escena y no deja de prenderme: mi O. bailando con los, seguramente, dos chicos más lindos de todo el lugar, ¡debió haber sido como un sueño! Qué lástima que ya no estuve ahí.

El resto del fin de semana volvió a pasar "sin pena ni gloria" y S. se volvió a ir. Hemos visto a J. prácticamente todos los días (y claro, ha habido sexo) y ya no parece importarle mucho que nos acostemos a pesar de que está con su pareja. Como dije, me estoy haciendo un cínico y si a J. no le importa "ponerle el cuerno" a su pareja, a nosotros tampoco nos debe importar.

Estamos haciendo algo que queremos y disfrutamos lo tres, y lo mejor de todo es que ya no estoy herido. No voy a negarlo, sería estúpido decir que no lo amo aún, el amor no es algo que desaparece así como así, pero sí ha evolucionado, ya no es un sentimiento obsesivo sino que lo acepto cuando está y también lo acepto cuando no lo está.

Ya veremos cómo continúa esto; mientras tanto estamos cómodos los tres, aunque no creo que quien esa pareja de J. opine lo mismo, si se llega a enterar.

viernes, noviembre 11, 2005

Sucedió lo que debía suceder

Todo era cuestión de tiempo, y las condiciones apuntaban a que inequívocamente sucedería por estos días, así que ya no será sorpresa para nadie que haya seguido la historia: terminamos en la cama con J. otra vez.

No tengo una idea ni un sentimiento negativo al respecto. No "me traumo" ni mucho menos, porque sé que fue algo de una noche y que después J. regresó casi al amanecer con su pareja. Sé que seguirá con él y que lo que sucedió probablemente se repita, pero que J. continuará con su vida y nosotros con la nuestra. ¿Y lo mejor o peor del caso? Que no me siento mal. No me siento "usado" ni siento que hayamos "usado" a J., creo que los tres lo deseábamos, los tres conocemos las reglas del juego y las consecuencias de nuestros actos, y así lo hicimos.

Me siento, por otro lado, un poco mal por el hecho de no sentirme mal. ¿Enredado? El problema es que fue tan intenso todo con J. mientras duró, y el drama después de que se fue me dolió tanto que ahora no puedo creer que lo vea como un "fuck buddy" sin sentirme del todo mal por sólo tener sexo sin amor con él. Cariño sí le tengo, y mucho, pero ya no estoy estúpidamente enamorado de él, ya no pienso día y noche en cómo estará ni lo deseo a mi lado.

No cabe duda, soy un cínico, en eso me he convertido y tampoco estoy muy orgulloso del asunto.

¿El sexo cómo estuvo? ¡De antología! Tal y como lo recordaba, acentuado por el deseo acumulado en casi un mes y medio de no haber hecho nada con él. No cabe duda que ese niño es maravilloso en la cama, qué lástima que su pareja no aprecie eso y no tengan sexo, pero ése ya es problema de ellos y no me debe incumbir.

J. se marchó casi a las 5 de la mañana y O. y yo apenas y pudimos dormir pocas horas, pues debíamos levantarnos a realizar nuestras actividades cotidianas. ¡Pero cómo valió la pena la desvelada!

miércoles, noviembre 09, 2005

¿Retrocediendo?

Las cosas entre J. y nosotros están involucionando, creo que estamos regresando al inicio de la relación, cuando empezábamos a conocernos y éramos apenas "tímidos novios".

Realmente me pregunto qué sucederá con nosotros, pues no podemos evitar verlo. Ya lo intentamos, hay constancia de ello, pero al parecer ese niño llegó para quedarse, aunque ya no esté con nosotros. Y es que aunque mi adorada castee enérgicamente me diga que estamos haciendo mal (y tiene toda la razón), es como una corriente que te arrastra y que prefieres dejarte llevar para ver qué sucede.

Ayer volvimos a los tiempos en que alquilábamos no una, sino dos películas y las veíamos en casa. No hubo sexo (al menos no mientras J. estuvo aquí, después de su partida O. y yo tuvimos un sexo tan intenso como no lo habíamos tenido en semanas) pero sí estuvimos tomados de la mano J. y yo durante las dos películas, acariciándonos y jugueteando. Estoy seguro de que pudo haber algo más si lo hubiéramos provocado, pero al parecer ninguno de los tres se atrevió a destapar la Caja de Pandora. No anoche, al menos, aunque me temo que sucederá muy pronto.

¿Y saben qué? No me importa. No estoy sufriendo, no estoy anhelando a J. como lo había venido haciendo por semanas. El Navegante Vagabundo ya no es un ente que lloriquea por el pasado, sino que se está haciendo un ser cínico y desvergonzado que tratará de sacar provecho de la situación: si J. quiere sexo y O. y yo lo queremos también, entonces eso tendremos. No lo amaré más, no lo anhelaré más, si terminamos en la cama lo disfrutaré y si no sucede tampoco pasará nada.

Sí, definitivamente me estoy haciendo un cínico, ¿qué va a ser de mí?

martes, noviembre 08, 2005

Todo cae por su propio peso

Que conste que no romperé la promesa de ya no estar triste pues en estos días me he sentido de maravillas, creo que realmente algo cambió.

De todas maneras, al parecer hoy las cosas sufrieron un giro inesperado: me contó O. que habló con J. por teléfono y este último insiste en que nos veamos "para ver una película en casa". No quiere salir ni nada, quiere vernos ahí. Estuvieron conversando un poco más y al parecer O. ya conoce la respuesta al misterio de la insistencia de J., pues éste le terminó confesando lo que ya sabíamos: en efecto, J. se ha sentido mal también, nos ha extrañado mucho y ha llorado por no estar con nosotros, pero él mismo dice que "es el precio que tiene que pagar por obtener las cosas que tiene" (una casa, un carro nuevo, "tener pareja" aunque no lo ame) pero que quisiera que la situación fuera otra. Claro que me duele que el chico sea tan materialista pero al menos lo acepta, ja, le daré el beneficio de ser honesto.

Le confesó también que su pareja no le gusta (gran noticia, como si no lo hubiéramos sabido antes) y que "tiene necesidades" (quiere sexo, pues) que pretende satisfacer con alguien más, pues no está a gusto con su relación. ¿Y en quién pensó? En nosotros, claro está. La situación no me molestaría si no fuera por el hecho de que estuve realmente clavado con él y que temo que se me remuevan los sentimientos si nos volvemos a acostar. Una relación de "solo sexo" no me molesta, para nada (hemos tenido muchas) pero puesto que hubo una historia romántica y tuve una gran dosis de dolor, me da miedo aceptarlo así como así.

Ya veré qué sucede, de lo que sí estoy seguro es de que no volveré a sufrir, no por él, al menos.

sábado, noviembre 05, 2005

Adiós a la tristeza

Durante los días anteriores J. y yo estuvimos jugando "al gato y el ratón": él me llamaba por teléfono, yo no contestaba a las llamadas. En una de esas contesté y me preguntó por qué lo hacía, le dije que me disculpara, pero que no me sentía muy bien. Él me dijo que había leído la carta, y que debíamos hablar. Le hice saber que, precisamente, ahí le decía que prefería que no habláramos en algún tiempo, pero él insistió. Además, quería darme un regalo.

Así continuamos, con "el gato y el ratón" hasta que hoy accedí a verlo, y eso porque O. le contestó el teléfono y le dijo que tenía que salir, pero que viniera a casa y que yo estaría aquí. "Total", pensé, "otro trago amargo y luego ya no lo veo por algún tiempo".

No fue un trago amargo. Al principio sí, me dolió verlo, y mucho. Después me dio el regalo, que puse en algún rincón y después de algunos minutos de monosílabos me dijo que lo abriera. Era un peluche con mi animal favorito, bastante "apapachable" y no pude evitar abrazarlo. Me preguntó cómo le iba a poner, le dije que le pondría "***" (el apodo que O. y yo le dimos a J. de cariño). Después me dijo que si era verdad que no lo quería ver más, que se iría y que esperaría hasta que quisiera verlo. Le dije que sí, que sería lo mejor.

Ya casi se iba, pero le pedí un último abrazo, pensé que me haría bien. No me hizo bien... ¡me vino de maravillas! En cuestión de segundos mi percepción del mundo empezó a cambiar y juro que pude sentir cómo físicamente la tristeza se iba alejando de mi cuerpo. Yo sé, alucino mucho y no tengo remedio, pero después del primer abrazo vinieron varios más, platicamos como antes, nos reímos, estuvimos tomados de la mano sin ninguna otra connotación y pasamos un momento muy agradable.

Convení con él que mejor siguiéramos un "Plan B" que era vernos cada que pudiéramos, pero abrazarnos de vez en cuando. No lo sé, creo que no hago mal. Todavía hay deseo, sí, pero sentir su abrazo me hizo mejor que no tenerlo durante más de un mes. Me sentí bien y en este momento no tengo tristeza, espero que ahora sí ya se haya alejado "for good".

Deseo, de todo corazón, que el Navegante Vagabundo ya no vuelva a lloriquear aquí y que regrese a las andadas, a esas andanzas que tanto disfruta de relatar. ¡El mundo está ahí! J. es sólo un niño (muy) bonito, pero ya se fue y vendrán otros, como me lo han dicho. Por otro lado, mi O. siempre ha estado y estará ahí conmigo. ¿Qué más puedo pedir?

Gracias a quienes han soportado mi patética vida durante poco más de un mes, estoy seguro de que las cosas cambiarán de ahora en adelante.

jueves, noviembre 03, 2005

Eternamente inocente

Éramos transparentes
éramos transparentes los dos
como el agua de la lluvia
que golpea la ventana.

Éramos tan fuertes
éramos tan fuertes los dos
que creímos que nada dolía
que creímos que no moriría.

¿Dónde fue todo eso a parar?
¿Cuándo se empezo a estropear?
Quiero ser inocente, practicamente inconsciente
para creer que podría tenerte a mi lado eternamente.

Éramos tan perfectos
éramos tan perfectos tú y yo
que apostábamos y jugábamos
a parecer como el resto.

Éramos tan valientes
éramos tan valientes tú y yo
que retamos al mismo diablo
a atraverse algún día a separarnos.

¿Dónde fue todo eso a parar?
¿Cuándo se empezo a estropear?
Quiero ser inocente, practicamente inconsciente
para creer que podría tenerte a mi lado eternamente.
Quiero ser inocente, practicamente inconsciente
para creer que podría quedarme a tu lado eternamente.

Creíamos que eramos tan diferentes
que nuestro amor iba a ser para siempre
que nunca nos pasaría como al resto de la gente
que no acabaría, que nunca te irías.

¿Dónde fue tu buena voluntad?
¿Cuándo me empezaste a engañar?
Quiero ser inocente, practicamente inconsciente
para creer que podría tenerte a mi lado eternamente.
Quiero ser inocente, practicamente inconsciente
para creer que podría quedarme a tu lado eternamente.

A tu lado eternamente...


Me da miedo que nos vaya a pasar lo que sucedió a los amantes de la canción que magistralmente narra Fangoria, pues pienso que O. y yo somos invulnerables, que "hemos retado al mismo diablo a atreverse algún día a separarnos" pues que estamos juntos y que así nos mantendremos, que somos "tan perfectos" que "jugamos a parecer como el resto", y es que la gente que nos conoce siempre tiene la idea que somos la pareja ideal, y probablemente lo somos, aunque no conozcan sutilezas de nuestra relación.

No hay motivo de alarma, no tenemos un problema mayor pero anoche discutimos _otra vez_ y en medio de la discusión salió el tema de J., que O. percibe que aún no puedo estar del todo bien con respecto a él, y claro que tiene razón. Soy patético, a nivel consciente simplemente no lo entiendo, ya tiene más de un mes que el chico se fue, y con la determinación que he tomado de no verlo más espero que pueda mejorar, pero por el momento no lo he hecho, aún lo extraño, aún pienso en él con frecuencia y aún me siento triste a menudo. Dice O. que también he estado irritable con él y eso es grave, porque si hay algo importante para mí en esta vida es precisamente O., y no me gustaría tener ningún problema con él. Le he pedido paciencia, le he asegurado que voy a estar mejor y espero realmente lograrlo.

No, definitivamente no nos irá mal, no nos engañaremos, no habrá mala voluntad, tal y como la canción lo dice. No, a nosotros no nos sucederá.