lunes, octubre 31, 2005

Sin pena ni gloria

Así es como podría describir la visita de S. durante este fin de semana. No estaba nervioso antes de que llegara, ni me latió el corazón apresuradamente cuando tocó a la puerta. Me dio gusto verlo. Sí, así: gusto a secas y nos abrazamos durante un momento. Estuvimos conversando sobre cómo le ha ido y cómo nos ha ido a nosotros, pero lo cierto es que definitivamente ya no siento nada por él. No sé si será a causa del dolor que aún siento por la partida de J. pero de lo que sí estoy seguro es de que ya estoy "curado" de cualquier sentimiento que pudiera tener rezagado respecto a S., y eso me gusta.

La noche del viernes hubo sexo con S., pues aunque no estaba planeado, en medio de la noche fue a meterse en medio de nuestra cama, como solía hacerlo cuando vivía aquí y aunque sólo planeábamos dormir, los ánimos se calentaron y terminamos cogiendo. Como ya lo había mencionado antes, el sexo estuvo "regular", y es que el mayor atractivo de S. no es precisamente en la cama sino fuera de ella: es muy guapo, tal vez muchas personas piensen que es más guapo que J., aunque ambos son niños realmente preciosos y atractivos. Lo que tiene S. también es que es muy alegre y aunque no lo quieras o no te sientas bien, te hace reír y en general la pasas muy bien con él.

Este fin de semana sí me dejó una idea rondando por la cabeza: espero algún día poder sentir por J. lo que ahora siento por S.: solamente un gran cariño por la historia que tuvimos juntos, pero ya no sentirme perdida y estúpidamente enamorado de él, ya no extrañarlo y no sentirme triste de vez en cuando por su ausencia. Ya me quiero sacudir a J. de encima, aunque todavía no lo logro.

Gracias, S., gracias por hacerme ver que sí es posible, que si te olvidé a ti podré olvidar algún día a J., tal vez... algún día.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

por que usar iniciales como "S." para referirse a una persona???

Navegante Vagabundo dijo...

maricón de mierda, lo hago básicamente para proteger a la gente sobre quien escribo. Aunque parezca inifinito, el ciberespacio no es tan grande y la blogósfera es aún más pequeña. No quisiera que algún día alguno de los mencionados aquí encontrara estas experiencias tan íntimas plasmadas al público. Es por eso que evito mencionar cualquier nombre.

La idea la tomé de un libro de Oscar Wilde, en donde se refiere a algunas personas sólo por la inicial de su nombre.

Saludos y gracias por pasarte por aquí.

Navegante Vagabundo dijo...

castee; sí, precisamente por eso le he pedido tiempo a J. y no pienso verlo durante un rato. Ya veremos qué sucede.