A veces pienso que soy un robot. Cuando no hago más que "lo que tengo que hacer", las cosas no me salen mal y la vida no se me complica. Levantarme, ir al trabajo, ir a comer, recibir la llamada diaria de J., regresar a trabajar, ir al gym, llegar a la casa, convivir con O. y luego dormir. Así puede pasar un día tras otro sin que me meta en ningún lío y sin que mi corazón sufra, tal y como si fuera un maldito autómata.
¿Será que el Navegante Vagabundo está perdiendo ya "la chispa"? ¿Será que me tenga que volver a meter en líos para sentirme mejor? No quiero pensarlo de esa manera, pero puede ser, puede ser...
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2 comentarios:
Pues vieras que yo me siento igual que tú... pero desde hace poco más de un año atras?
Mmmm... ojalá y como dice el padrecito, son cosas de las cuales no hay de qué preocuparse.
Abrazos...
el padre roji, pero es que a veces la rutina es benéfica pues es lo único que permite que no pierdas la cordura. No lo sé, supongo que es cuestión de encontrar el tan afamado "balance". Pero tienes razón, hay que hacer pequeñas cosas cotidianas para cambiar eso.
Me da gusto verte otra vez por aquí.
mauricio, amigo... pues ya hay que hacer algo para salir de eso, ¿no lo crees?
castee de mi vida: Entiendo lo que has dicho, es buena y así lo veo yo también, aunque hay que improvisar de vez en cuando. Ya veremos qué se nos ocurre, gracias por los buenos deseos. Besos para ti.
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