miércoles, noviembre 16, 2005

S. y J.

Cual telenovela mala mexicana, el fin de semana pasado sucedió algo peculiar, que si bien había previsto que sucedería algún día, no pensé que fuera tan pronto: S. y J. se conocieron (y se odiaron, ja).

Resulta que S. volvió a venir a la ciudad (y vendrá el próximo fin de semana otra vez) porque ahora como ya se siente en confianza con nosotros otra vez, le gusta venir para "cambiar de aire" y salir, convivir con nosotros, etc. Todo ha estado bien, y su presencia me ayuda a reafirmar el saber que algún día podré estar 100% cómodo junto a J. también, aunque ya no esté con nosotros. Supongo que ese día será más temprano que tarde, pues ya empiezo a sentirlo así.

S. volvió a venir con su amigo que vino la ocasión pasada y no teníamos planes de ver a J. durante ese fin de semana, pero dada la experiencia del jueves, J. nos había estado llamando todos los días y el sábado quiso vernos. No le vimos mayor problema, de todas maneras ya no tenemos nada con S. más que una linda amistad, y no pensamos que pasaría a mayores. S. y su amigo habían salido por la tarde del sábado, y J. fue a la casa y estuvimos viendo películas y conviviendo. Cuando S. y su amigo regresaron, J. estaba en la sala con nosotros y vi que S. no le puso muy buena cara que digamos. Como que J. presintió algo también (¿será que se habrá acordado que vio las fotos de nosotros teniendo sexo con S. alguna vez?) y tampoco le puso muy buena cara, pero igual los presentamos y no pasó a mayores. Como S. había tomado un poco en la fiesta a la que fue, se acercó a nosotros y nos empezó a abrazar y a mí me quiso besar, pero yo no se lo permití. Tal vez hubiera sido bueno que lo dejara, pues se supone que ya no tenemos nada "oficial" con J. pero nunca he sido de los que les gusta andar provocando celos por gusto y mejor preferí evitar el conflicto. Un rato después S. me llamó a otra habitación y me preguntó qué tenía; le dije que nada, y literalmente me dijo "es por el pendejo ese, ¿verdad?" y yo sólo sonreí, pero ni lo acepté ni lo negué.

Más tarde S. y su amigo fueron al antro, yo estaba muy cansado para salir pero J. tenía ganas de hacerlo por lo que les dije que si querían O. y él se podían ir también. Me contó O., de regreso, que se la pasaron bien allá, pero que S. y J. se volvieron a encontrar y se estuvieron echando miradas nada amigables, aunque en un momento que O. estaba bailando con J., S. también se acercó y bailaron los tres. Me imagino esa escena y no deja de prenderme: mi O. bailando con los, seguramente, dos chicos más lindos de todo el lugar, ¡debió haber sido como un sueño! Qué lástima que ya no estuve ahí.

El resto del fin de semana volvió a pasar "sin pena ni gloria" y S. se volvió a ir. Hemos visto a J. prácticamente todos los días (y claro, ha habido sexo) y ya no parece importarle mucho que nos acostemos a pesar de que está con su pareja. Como dije, me estoy haciendo un cínico y si a J. no le importa "ponerle el cuerno" a su pareja, a nosotros tampoco nos debe importar.

Estamos haciendo algo que queremos y disfrutamos lo tres, y lo mejor de todo es que ya no estoy herido. No voy a negarlo, sería estúpido decir que no lo amo aún, el amor no es algo que desaparece así como así, pero sí ha evolucionado, ya no es un sentimiento obsesivo sino que lo acepto cuando está y también lo acepto cuando no lo está.

Ya veremos cómo continúa esto; mientras tanto estamos cómodos los tres, aunque no creo que quien esa pareja de J. opine lo mismo, si se llega a enterar.

1 comentario:

Navegante Vagabundo dijo...

Sí que fue algo incómodo que se juntaran todos, pero al final de cuentas no pasó a mayores y creo que salimos bien librados todos.

Sobre J. y su pareja, creo que sí es EVIDENTE que no lo engaña: el señor debe saber que J. está haciendo de las suyas, pero supongo que ya se resignó y piensa que es "el precio" (bueno, uno de tantos) que tiene que pagar porque el niño esté con él. No sé, me parece patético pero a veces me da miedo pensar que yo puedo sonar igual de patético a como es él.

Sobre el sexo, ni sé ni me interesa, creo que una persona de 40 años puede tener una vida sexual perfectamente normal, más bien el problema es que a J. no le gusta el señor (nos lo ha dicho ya antes) y por eso no tienen sexo, pero de todas maneras J. se obstina en estar con él.

¿No es triste? En fin, c'est la vie, supongo...