Puta madre; ya estoy caliente otra vez. Sólo bastó que me mirara, directamente a los ojos (por supuesto), durante si acaso un segundo y medio para que me prendiera e imaginara una buena revolcada con él en la cama. Morenazo, ojos café obscuros, una nariz definida rematando con una quijada fuerte. Los dientes blancos y bien formados me vuelven loco y los de él eran así. Algo delgado; tal vez demasiado para mi gusto pero con esas pantorillas se lo paso.
Simplemente me provocó el ir hacia donde él estaba, arrastrarlo violentamente hasta el baño y torpemente quitarle la ropa en medio de la excitación de coger en (semi) público. Morderle el cuello cual sediento vampiro y bajar a su verga que seguramente es grande y gruesa, como las que me gusta imaginar.
¡Qué mamada tenía ganas de darte, papacito!. Qué lástima que la realidad me despertó un segundo y medio después. No sucedió.
martes, agosto 02, 2005
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2 comentarios:
hooola, acabo de descubrir tu blog...me gustó mucho, puramente sexoso...jajaja, saluuudos!
Chaud Poser:
Gracias por visitarme. Yo he leído también tu blog pues lo descubrí por esa cosa de blogueros gay a la que me inscribí (al descubrirla me inspiré para empezar mi blog que apenas lleva pocos días).
Escribo sobre cosas que no puedo contar abiertamente y así me desahogo. Nos estaremos leyendo entonces.
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