lunes, octubre 31, 2005

Carta a J.

J. dejó su mochila en la casa la semana pasada que estuvo trabajando en el proyecto con O.; ignoro cuándo la recogerá, pero hoy quise tomar su cuaderno y escribirle la carta que a continuación transcribo.

Te escribo esta carta porque es la única manera que se me ocurre en que puedo comunicarme contigo. En más de una ocasión he querido decirte las cosas de frente, viéndote a los ojos pero las lágrimas me han ganado y la voz se me ha quebrado. También he pensado en decírtelo por teléfono pero me quedo en la misma situación, y aunque por lo general puedo llegar a ser elocuente, al momento de hablar contigo simplemente me quedo sin palabras. Es por eso que he optado por escribirte, pues es algo que me gusta hacer y creo que es el mejor medio de hacerte saber qué sucede conmigo.

Sé que me has notado extraño durante las semanas pasadas, y que tal vez te ha extrañado eso pues el primer par de semanas después de tu partida me habías visto "bien", o al menos eso es lo que aparentaba. No estoy bien, realmente no lo he estado y aunque quisiera de todo corazón estarlo, simplemente no lo consigo. El día de hoy se cumple un mes de que te fuiste y a pesar de que el destino sólo quiso que nuestros caminos se unieran durante un lapso igualmente corto, aún me duele el estar sin ti y el que las cosas ya no sean lo mismo que fueron.

Tal vez, como tú piensas, las cosas nunca estuvieron bien, tal vez quisimos retar al destino en una fantasía que yo pensé que se podía realizar, pero que aprendí a punta de una bofetada de realidad que no se puede jugar con lo que se es y con lo que no se es. Tú tienes tus metas en la vida, has trazado un camino claro respecto a lo que deseas y hacia éste vas caminando. Tus objetivos te brindan lo que la mayoría de personas sueñan: seguridad, estabilidad, tranquilidad, entre otras cosas. Tus sueños son muy loables y admiro que pongas tanto empeño en lograrlos. Como te lo he dicho en repetidas ocasiones desde que nos conocimos: estoy seguro de que algún día se volverán realidad y de que serás una persona exitosa.

Pero mientras tanto, yo no estoy bien. Yo no puedo estar bien, por más que lo intento. A nivel consciente sé que hago mal con sentir todo este tropel de sentimientos que se acumulan dentro de mí. Sé que te debo "dejar ir" de una vez por todas y sólo atesorar los buenos momentos que tuvimos juntos, pero realmente me es imposible hacerlo. Me duele, y mucho. Es por esto que me debo alejar de ti, al menos por un tiempo. Me duele cuando no te veo, pero el verte me duele aún más. Me duele cuando no hablo contigo, pero al hablar contigo siento un dolor más agudo. Me duele cuando sólo imagino tu sonrisa, pero el verla provoca que mi corazón sienta que le entierran mil agujas al mismo tiempo, porque esa sonrisa tan tuya realmente me lastima.

Algunas personas le llamarán "amor" a esto que siento. Otras solamente le llamarán "capricho"; habrá algunas más quienes le llamen "deseo". Yo prefiero no ponerle ningún nombre, ninguna etiqueta y simplemente tratar de estar bien. Dicen que el tiempo lo cura todo, y aunque esa trillada frase me he cansado de escucharla y repetírmela infinidad de veces sólo me queda esperar que sea cierta, porque si no es el tiempo entonces no sé qué o quién será que pueda curarme, pero ya no puedo más. Estoy mal, me siento muy mal y no me gusta sentirme así.

Ignoro cuándo vayas a leer esta carta, o si lo vas a hacer algún día. Por ahora es todo lo que puedo hacer, apostarle al destino y lanzar esta carta dentro de tu cuaderno como una botella que avientas al mar con un mensaje del corazón, esperando que algún día alguien la encuentre y venga en tu rescate. Por mi parte no espero que vengas a mí, ya sé que eso no sucederá. Sólo espero que puedas comprender el por qué actúo de la manera en que actúo cuando estoy cerca de ti. El por qué aparentemente un momento estoy bien y al siguiente momento me veo totalmente desencajado. Sé que eres comprensivo y podrás entenderlo.

Un día, específicamente al día siguiente en que nos conocimos, te ofrecí mi amistad incondicional y realmente pienso cumplir esa oferta. Sólo te estoy pidiendo algo de tiempo, tiempo para que las heridas de mi corazón sanen y cicatricen y puedan aceptar la situación tal y como está ahora. ¿Podrás concederme este tiempo?. Esto no es un adiós, esto es un "hasta pronto".

2 comentarios:

the random glance dijo...

un saluuuuudo, me gusto la forma en q escribiste tu carta...

bye

Navegante Vagabundo dijo...

castee, cielo... te entiendo lo que me dices, pero es que no me puedo callar más las cosas. Ahora sé que será la última vez que le diga cómo me siento, y después me alejaré por un tiempo hasta que sepa que ya puedo estar bien, y podemos ser amigos. Sé que lo voy a dañar un poco, pero yo estoy muy dañado como para seguir soportando esta carga yo solo :(. Ya veré qué sucede...

chaud poser, mi querido primer lector, qué alegría verte por aquí otra vez. Gracias por tu comentario. Un abrazo.